03 enero 2010

Las tres claves




Hace unos días, durante el desarrollo de una charla con uno de mis aprendices más antiguos me nace decirle que tiene que tener en cuenta tres claves, flexibilidad, fuerza y posicionamiento. Y decidí profundizar en estas nociones para ver con mayor claridad que significado tienen en nuestras vidas.

Flexibilidad en lo físico, mi primer maestro de yoga me decía que lo más importante era mantener la columna flexible y esto es, que haya espacio y elasticidad entre vértebra y vértebra. La columna es el eje en el cual nos sostenemos, normalmente se asocia flexibilidad solo con el estiramiento en las piernas y la apertura pélvica, pero hay más que eso. La flexibilidad nos otorga gracia, armonía, belleza en el movimiento.
Lo rígido se quiebra y arruina, lo flexible perdura y se adapta.

Ahora recuerda que son atributos que van más allá del plano físico, tienes que trasladar estos conceptos a los otros cuerpos también. A lo mental y emocional porque el espíritu ya los tiene integrados.

Flexibilidad en tus pensamientos, es decir tener la valentía de soltar las antiguas estructuras de pensamiento por que son las que te llevaron actuar de una manera rígida en la vida. La mente tiene que estar abierta a lo nuevo y para ello tenemos que ser flexibles para que entre otro tipo de información a nuestra cabecita, sino es como si nos hablaran en otro idioma.
En las emociones también necesitamos desarrollar la flexibilidad y mucha. Por ejemplo, los celos, el apego, la inseguridad, la rabia, el sufrimiento, y ni hablar de los innumerables miedos que cobran más y más robustez cuando nos enroscamos en la mente. Por nuestra naturaleza humana muchas emociones nos acompañan, el punto en cuestión es que no estorben al buen desarrollo de nuestra persona y obviamente que no contaminen los vínculos afectivos. Entonces cuidado con las exageraciones, ni muy muy ni tan tan. Equilibrio pues.

La Fuerza física que no hace falta desarrollar para alardear de bíceps y otros grupos musculares sino la necesaria para sostener nuestro propio cuerpo. Unos brazos fuertes que puedan abrazar con seguridad y ternura porque no son el prototipo del narcisismo que solo puede abrazarse así mismo. Unas piernas fuertes porque son las que nos llevan por la Vida, a veces por caminos sinuosos, y adonde podemos ir fofos e inconsistentes?
El tono muscular le da presencia a nuestra parada en la Vida.
En lo mental tiene relación con aprender a “sostener ideas positivas”, aunque en apariencia algunas situaciones son nefastas, hay que darle una vuelta de rosca y ver lo positivo de ello. Cuando te preguntas que tengo que aprender de esto? Haces que la mirada se enfoque en lo óptimo del aprendizaje, porque estarás creciendo.
En lo emocional es aprender a no derrumbarte cada vez que la vida te pone una difícil, la fuerza para seguir íntegr@ y no ir perdiendo los pedazos por el camino, dando pena.

El posicionarse, creo que es la síntesis de los otros dos. Partiendo de la actitud interna que se reflejará al exterior desde lo corporal, emocional y mental, implantándose un equilibrio entre fuerza y flexibilidad.
Y luego actúas en este gran escenario, mostrando compromiso de crecimiento contigo y con los otr@s. Más allá de los resultados, que siempre serán inciertos. Y aquí mencionar la importancia de recuperar la inocencia de nuestr@ niñ@ interior, que mantiene latente la capacidad de sorprenderse pero ahora sumando la madurez del adulto.
El posicionarte en la Vida implica hacerte cargo de tu propio destino. Y no verte arrastrado en el destino de otr@ ni cargar tu mochila con historias que no te pertenecen.
El Viaje es largo y tenemos que ir livianos, no lo olvides.

La Zia con Amor.

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