El orgasmo es la mas clara manifestación de energía que podemos vivenciar. La energía puede expresarse como explosión o como implosión orgásmica.
Si te mueves hacia la cúspide de la excitación, alcanzarás el primer orgasmo donde la energía se descarga, funciona como un desahogo, como un tranquilizante natural, te relajas y duermes. Entonces ya no puedes ir más lejos, has llegado al final. El Tantra cambia la cualidad del acto. Si eres hombre, es permanecer en el acto sin eyacular. Si eres mujer detener tus cúspides.
Se trata aquí de retener tu energía, si no la expulsas, ésta seguirá creciendo en ti y en tu compañero/a. Ambos colmados de energía constituyen el circulo infinito de amor, donde la energía de uno penetra la del otro, donde ya no son solo cuerpos que se juntan son almas que se encuentran en profunda comunión.
Es así que el Tantra te mueve hacia el éxtasis, que sucede a partir de la implosión orgásmica, es decir cuando conservas la energía en ti. Y este es solo el comienzo, la felicidad no tiene límites, éstos solo están en tu mente.
El acto amoroso tántrico puede hacerse tanto como lo desees. El acto sexual ordinario no lo permite, porque pierdes energía y tu cuerpo tiene que esperar a recuperarla.
Te excitas hasta llegar a la cúspide, luego sientes un decaimiento, frustración. Has caído de la cúspide. En la experiencia tántrica, al contrario, te elevas, te sientes lleno de energía, más vital, más vivo, radiante. Y este éxtasis durará horas, incluso días; dependerá de la profundidad del acto.
Si te adentras en la experiencia tántrica, tarde o temprano te darás cuenta de que la eyaculación es un desperdicio de energía.
Con la contención de la eyaculación se presentan dos conceptos claves, control y relajación, que son diferentes y su entendimiento hace al éxito de esta práctica.
Si hay control, no habrá relajación y tarde o temprano tendrás la urgencia de acabar, porque le control supone esfuerzo, y todo esfuerzo crea tensión, y la tensión crea una necesidad: la urgencia de aliviarte. ¡No es control! ¡No estás resistiendo a algo!
No tienes que controlar tu excitación porque eso es contradictorio. Si la controlas crearás doble excitación. Simplemente relájate, tómalo como un juego, no le busques un final.
Si no hay eyaculación, no pienses que has perdido algo, no has perdido nada.
Al principio, sentirás que te falta algo, pero es solamente un viejo hábito. Si te preguntas como relajarte, la respuesta es
Cuando te excitas, respiras rápido porque la excitación lo requiere. Para relajarse, ayuda respirar profundamente, despacio, con tranquilidad. Entonces, el acto sexual puede prolongarse. No pienses, simplemente siente lo que está sucediendo.
El Tantra puede crear un ser humano nuevo, el que ha conocido la dimensión donde no existe el tiempo, el hombre en profunda no-dualidad con la existencia.