07 febrero 2007

Una inspiración...


De madrugada, la mente alborotada,
imágenes, pensamientos e infinitos colores …

Excitada presagiando tu llegada,
buscándote con la falsa certeza de encontrarte,
recordando que …

debes ser cuidadosa con lo que deseas,
no sea que al conseguirlo,
dejes de quererlo ya.

Pero te deseo igual,
y como te deseo ?

Deseo que al verte
tu sola presencia me emocione,
me emocione por reconocerte,
y sin saber nada de ti, descubrirte,
y sorprenderme confirmando
que estás ahí, sí, dispuesto a compartir.
A compartir los frutos cosechados
en el laborioso recorrido de la vida.

Te deseo valiente, transgresor, vivido.
De buena raíz, corolario de una vida intensa,
seguro de ti mismo, te tus convicciones, de lo que crees
Y humilde a la vez para admitir
que puedes estar en error,
sabiendo que puedes equivocarte
y no debes ser juzgado por ello.

Libre pensador, con ideas propias,
pero nutrido con pensamientos y experiencias ajenos.

Con la mente y el corazón abiertos,
dispuesto a seguir creciendo,
a sorprenderte con cada nuevo amanecer,
y a regocijarte con cada caída de sol.
Respetuoso con el misterio de la creación,
sabiéndote muy pequeño en su opulencia
y muy grande a la vez por ser parte de ella
y, aún más importante, infinitamente agradecido
por simplemente ser. Ser.

Me preguntaron …
Que harías por el amor de un hombre, Zia ?
Y desde mis entrañas dije: “ser yo misma”.
Si he de dejar de ser yo misma para que tu me ames,
me apagaré como vela al viento
hasta entrar en total negrura,
en la noche oscura del alma.
Y ya no seré yo aquella a quien tu amabas.
A tu medida seré, pero sin vida.
Esa es la mujer a quien quieres ?
Sé valiente y dímelo ya, porque si es así …
no puedo estar contigo, mi amor.
Tendrás que seguir tu camino sin mi,
hasta el día que volvamos a encontrarnos,
dispuesto a recibirme,
a mi, como soy.

Yo no puedo mostrarte
lo que tu no puedes ver,
Y si no me reconoces,
no me puedo explicar…

En la madrugada del 8 de enero de 2007.

ZIA

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