25 diciembre 2010

Valentía y Libertad

Querid@ Compañer@ del Camino, hoy es Navidad y en pocos días más estaremos completando un ciclo, dando comienzo a otro año de oportunidades para nuestro crecimiento individual y como Humanidad, por ello me hago presente en este espacio que compartimos y decirte que...
Te deseo renovadas fuerzas querid@, para sostener tu cuerpo en un caminar enraizado a la Tierra, tu mente despejada y tus emociones en equilibrio y que tu Espíritu abrace la valentía para ir hacia donde el corazón te lleve.

Sin lugar a dudas la valentía es el ingrediente que necesitamos para conquistar nuestra Libertad, es por esto que mi deseo para todos nosotros es que seamos Muy Valientes para atravesar todas las pruebas y desafíos que la Vida nos presente y que el marco de esta actitud sea La Confianza Absoluta.



Ahora te voy a dejar una síntesis que hice de Osho en relación a la valentía, que lo disfrutes!

“…La disposición de mantenerse en la incertidumbre es valentía, es confianza. Una persona inteligente es aquella que permanece alerta en cualquier situación, que responde a las situaciones con todo su corazón.
No es que sepa lo que va a ocurrir, la vida no es una ciencia.
Cada individuo es una libertad, una libertad desconocida. Es imposible predecirlo, imposible imaginárselo.
Hay que vivir estando despiertos y con comprensión.
Vienes a verme en busca de conocimiento, quieres fórmulas fijas para poder aferrarte a ellas. Yo no te las doy. En realidad, si tienes alguna, ¡te la quito! Poco a poco, voy destruyendo tus convicciones y, poco a poco, te voy volviendo cada vez más indeciso; poco a poco te voy volviendo más inseguro.
¡Esto es lo único que tiene que hacer un Maestro! Dejarte completamente libre. Totalmente libre, con todas las posibilidades abiertas, sin nada fijo…
Tendrás que estar despierto, no puedes hacer nada más!
Esto es lo que llamo comprensión. Si comprendes, la inseguridad es una parte intrínseca a la vida, y está bien que sea así, porque transforma la vida en libertad, la convierte en una sorpresa constante. Nunca se sabe lo que va a suceder.
Te mantiene permanentemente maravillado. No lo llames incertidumbre, llámalo prodigio. No lo llames inseguridad, llámalo libertad.
En principio no hay mucha diferencia entre una persona cobarde y una valiente. La única diferencia es que el cobarde escucha sus miedos y se deja llevar por ellos, mientras que la persona valiente los aparta y continúa su camino.
La persona valiente se adentra en lo desconocido a pesar de todos los miedos. Conoce el miedo, sabe que está ahí.
Aceptar el desafío de lo desconocido, a pesar de todos los miedos, es valentía.
La falta de miedo es la fragancia de la valentía cuando ésta es absoluta. Cuando te adentras en un mar desconocido tienes un miedo terrible, porque nunca sabes lo que puede suceder. Abandonas la orilla de la seguridad. En cierto sentido, estabas perfectamente, pero te faltaba una cosa: la aventura. Te emociona adentrarte en lo desconocido. El corazón empieza a latir de nuevo, estás vivo de nuevo. Todas las células de tu ser están vivas porque has aceptado el desafío de lo desconocido.
Los miedos están ahí pero, si sigues aceptando el reto, poco a poco, esos miedos irán desapareciendo. La experiencia de felicidad que nos produce lo desconocido, el gran éxtasis que empieza a suceder con lo desconocido, te vuelve más fuerte, te da integridad, agudiza tu inteligencia.
Por primera vez, empiezas a sentir que la vida no es sólo aburrimiento, sino aventura. Después, poco a poco irán desapareciendo los miedos y siempre estarás buscando alguna aventura.

Pero, básicamente, la valentía es arriesgar lo conocido por lo desconocido, lo familiar por lo no familiar, lo cómodo por lo incómodo, una ardua peregrinación a un destino desconocido, sin saber si serás capaz de conseguirlo o no...”